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Un nuevo marco normativo para la edificación
El Código Técnico de la Edificación (CTE) es el marco normativo que fija las exigencias básicas de calidad de los edificios y sus instalaciones, que permiten el cumplimiento de los 'requisitos básicos de la edificación' establecidos en la Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación (LOE) con el fin de garantizar la seguridad de las personas, el bienestar de la sociedad y la protección del medio ambiente.
Esta ley, de la cual deriva el CTE, es el pilar fundamental para el proceso de edificación, ya que actualiza y completa la configuración legal de los agentes que intervienen en el proceso de edificación, fija sus obligaciones y establece las responsabilidades y garantías de protección a los usuarios.
Con el nuevo código se pretende superar la obsolescencia de la vigente normativa técnica de la edificación, regulada mediante el Real Decreto 1650/1977, de 10 de junio, y armonizar la normativa española con la existente en la Unión Europea.
Los requisitos básicos de la edificación
Los requisitos mencionados en la LOE, el núcleo central de la regulación del CTE, abarcan los relativos a la funcionalidad (utilización, accesibilidad y acceso a los servicios de telecomunicación, audiovisuales e información), seguridad (estructural, en caso de incendio y de utilización) y habitabilidad (higiene, salud y protección del medio ambiente, protección contra el ruido, ahorro de energía y aislamiento térmico).
El Código técnico desarrolla, según se indica en la ley, los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad, dejando los de funcionalidad para que sean desarrollados por otros órganos competentes.
En dicho Código se prevé incluir los requisitos de accesibilidad para que se conviertan en las condiciones básicas mínimas de accesibilidad, que deberán ser aprobadas por el gobierno, según lo establecido en la Ley 51/2003 de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal para las personas con discapacidad.
Enfoque por prestaciones
El Código está planteado con un enfoque moderno denominado “por objetivos o prestaciones”, que representan las exigencias que deben cumplir el edificio o sus partes y las características de sus materiales, productos o sistemas. Este enfoque por objetivos es semejante al adoptado en el ámbito de la Unión Europea y también se alinea con el denominado “enfoque basado en prestaciones”, propugnado por las principales organizaciones internacionales relacionadas con los códigos de edificación, tales como el Consejo Internacional para la Investigación e Innovación de la Edificación y Construcción (CIB) o el Comité Interjurisdiccional de Colaboración Reglamentaria (IRCC), foros internacionales en los que España participa de manera activa.
Tendencia mundial
La creciente tendencia existente en el mundo de introducir códigos basados en prestaciones es fundamental para mejorar la competitividad y eficiencia en el sector de la construcción. Al fomentar la innovación y la flexibilidad en general, los códigos de la edificación basados en prestaciones potencian el uso de nuevas técnicas y prácticas constructivas, conduciendo al aumento de la eficiencia del proceso.
Ordenación del Código en dos partes
El Código presenta dos partes diferenciadas, en la primera parte de las cuales se fijan las disposiciones generales y las condiciones técnicas y administrativas que deben cumplir las obras de edificación. Además, en dicha parte se enuncian las llamadas Exigencias Básicas que desarrollan los Requisitos Básicos, representadas mediante números como se describe a continuación: dos para seguridad, seis sobre seguridad en caso de incendio, ocho de seguridad de utilización, cinco de higiene salud y protección del medio ambiente, uno de protección frente al ruido y cinco de ahorro de energía. En esta parte, el Código define además el proyecto y los llamados 'Documentos Reconocidos', éstos últimos de singular importancia previsible en este nuevo marco normativo que quiere fomentar la innovación.